¿Alguna vez has revisado los detalles de tu factura de acueducto y alcantarillado y notaste el cobro que se realiza denominado “Cm Tasa Ambiental”? En esta publicación te contaré de qué se trata este cobro.
Resulta que cuando usamos agua en nuestras viviendas, sea potable o no, generamos aguas que ya no están limpias, las cuales llamamos aguas residuales. Las aguas residuales se recogen y transportan por el alcantarillado y, con suerte, estas son tratadas en una planta de tratamiento. Dado que en Colombia no manejamos adecuadamente las aguas residuales, la mayoría de las que se producen en las viviendas son descargadas sin tratamiento a ríos, quebradas y drenajes naturales o artificiales de aguas lluvias. Cuando no existe alcantarillado en las ciudades o pueblos, las aguas residuales se descargan directamente a los cuerpos de agua o escurren por el suelo. Con o sin alcantarillado, la descarga de aguas residuales a las fuentes de agua impacta negativamente a los ecosistemas acuáticos.
Ya que es importante proteger los recursos naturales y que es el Estado el que debe velar por el cuidado de estos recursos, los gobiernos han generado estrategias encaminadas a lograr objetivos de protección ambiental; fundamentados en el principio de que “el que contamina paga”.
Como evolución de lo anterior y debido a que se ha identificado que, cuando no se refleja en términos de costos en los mercados los daños ambientales, no se logra incidir sobre las decisiones económicas ni de productores ni de consumidores, se han adicionado otras estrategias que se fundamenten en la combinación de políticas y/o instrumentos económicos, tales como: regulaciones, sanciones, impuestos, incentivos; creación de mercados; entre otros.
¿Por qué no ha sido suficiente el enfoque de “el que contamina paga” para proteger los recursos naturales? Porque globalmente estamos basados en un modelo económico de crecimiento permanente y esto implica el consumo de más y más recursos naturales, lo que genera la producción de más residuos que son descargados al ambiente y, en últimas, terminan afecto los recursos hídricos y al aire. Así existan sistemas de tratamiento de aguas residuales, la contaminación por descargas sigue creciendo porque los procesos de tratamiento no remueven todos los contaminantes.
En Colombia, particularmente en el caso de los vertimientos de aguas residuales a fuentes superficiales, el Código Nacional de Recursos Naturales Renovables y de Protección al Medio Ambiente de 1974 y la Ley 99 de 1993, se implementó el cobro de la tasa retributiva para que todos los que contaminamos aportemos recursos económicos como compensación para la conservación y recuperación de las fuentes de agua.
La tasa retributiva es un instrumento económico (Decreto 2667 de 2012 compilado en el Decreto 1076 de 2015) que sirve para financiar proyectos de monitoreo de la calidad del agua y descontaminación. Este instrumento se aplica por la utilización directa o indirecta del agua como receptor de los vertimientos puntuales a todas las personas naturales y jurídicas que descarguen aguas residuales a las fuentes de aguas superficial. Dichas personas están obligadas a reportar a la autoridad ambiental competente, a través de una autodeclaración, la carga contaminante vertida a fuentes superficial por DBO5 (Demanda Biológica de Oxígeno medida al 5o día) y SST (Sólidos Suspendidos Totales). A partir de dicha autodeclaración, la autoridad ambiental calcula la cantidad de dinero que las personas deben pagar semestral o anualmente.
Así pues, ese cobro que ves en tu factura de acueducto y alcantarillado llamado “Cm Tasa Ambiental” es un cobro especial que incluye la tasa retributiva, entre otros, ya que nosotros como productores de aguas residuales domésticas en nuestras viviendas también somos responsables de las descargas de contaminantes a los cuerpos de agua. Esto es permitido según la Ley de Servicios Públicos Domiciliarios de Colombia. (Ley 142 de 1994).
Es importante entonces que todos seamos conscientes de la responsabilidad que tenemos con la producción y vertimientos de aguas residuales y los impactos que generamos al ambiente. Así pues, nuestras acciones no deben limitarse a pagar dinero, sino que también debemos procurar cambiar nuestros hábitos y comportamientos para producir menos residuos.
Gracias por leernos y escríbenos en los comentarios qué acciones concretas estás realizando para disminuir el impacto de tus actividades sobre el ambiente. Síguenos en nuestras redes sociales LinkedIn y Twitter. Nos leemos en la próxima publicación.
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