Los roles de las mujeres…. bastantes, ¿no? Madre, trabajadora, administradora del hogar – ama de casa, esposa y con expectativas de alcanzar la igualdad de género. A lo largo de la historia, las actividades y posiciones que han tenido las mujeres han cambiado, llegando hasta el mercado laboral, momento que se presentó con la revolución industrial y a las grandes guerras del siglo XX, los cuales permitieron a las mujeres una mayor inmersión en el mercado laboral. En esta publicación reflexionamos sobre otros aspectos del trabajo contemporáneo.
Todas estas actividades y responsabilidades que ahora las mujeres tienen, sumándole las labores del hogar, generan una gran ocupación y en muchos casos estrés. Además, las tareas de cuidado no son reconocidas, ni financiera ni socialmente, y pareciera que estas fueran asignadas a las mujeres solo por el hecho de haber nacido así.
Cuando las mujeres trabajan, permanentemente se debaten “entre la culpa por la disminución del tiempo con su familia y la lucha por crecer en un universo laboral que les demanda atención completa, llevando a la mujer a un nivel de autoexigencia enorme para sostener los pilares del trinomio hijos, pareja y trabajo” (columna de Verónica Álvarez Puente en el periódico El Clarín).
¿Qué hacer entonces para lograr el equilibrio entre la vida personal y laboral? Indiscutiblemente se requiere del apoyo permanente del hombre, padre y esposo. Para esto es necesario trabajar bastante en un cambio de la mentalidad de hombres y mujeres latinoamericanos, donde la cultura machista está totalmente internalizada que, a veces, ni nos damos cuenta de nuestros propios comportamientos machistas. Cultura que en muchos casos puede generar violencia contra las mujeres, situación que se refleja en lo indicado por el director del Centro Regional para América Latina y el Caribe del PNUD, Richard Barathe, referente a que Latinoamérica es “la región más peligrosa del mundo para la mujer“. Por lo anterior, es fundamental invertir esfuerzos en la educación de los niños, inculcando nuevas masculinidades, donde no nos distingamos tanto por el género sino por ser seres humanos iguales, dignos de respeto y de las mismas oportunidades.
Como mamá de un niño pequeño, estoy convencida de que los padres de familia tenemos el reto de formar niños y niñas, que en la adultez sean personas libres de estereotipos, puedan desarrollar su potencial, no se vean limitados por su género y sostengan relaciones como pares basadas en el respeto a la dignidad humana. Es necesario que las familias den ejemplo, compartiendo las actividades en el hogar, realizando juegos que permitan generar igualdad sin estereotipos de género; así como el uso de juguetes que no representen roles diferenciados entre la mujer y el hombre.
En la educación es necesario que se incorporen programas en los cuales se fomente el liderazgo tanto en las niñas como en los niños. Que las niñas sean libres para trepar árboles, jugar en patinetas, caerse y gritar. Así como que los niños sean libres de llorar, expresar sus sentimientos y ser nobles y dulces.
También es importante que se generen estrategías para lograr que la maternidad sea verdaderamente una elección y no se descarte, en algunos casos, por el miedo a no lograr el éxito profesional y cuidar bien de los hijos al mismo tiempo. Para esto se requiere que los gobiernos, empleadores y sociedad en general procuren un marco legal y ambientes laborales apropiados para que las mujeres puedan ejercer su maternidad libremente: salas de lactancia, licencias de maternidad compartidas equitativamente entre madre y padre, posibilidad de trabajar desde casa, entre otros.
Ahora, recordemos que estamos hablando desde el punto de vista de una mujer que tuvo acceso a la educación superior y que vive en una ciudad grande. ¿Y las mujeres que viven en las zonas rurales sin trabajo remunerado o bien pago, en ambientes altamente machistas, sin acceso a información ni a métodos anticonceptivos? Definitivamente tenemos mucho trabajo por hacer para que todas las mujeres, sin ningún tipo de discriminación, cuenten con todas las condiciones para desarrollar su potencial como madres y/o profesionales.
Ustedes padres de familia, ¿cómo enfrentan los desafíos actuales para educar niños y niñas en la igualdad? Mujeres y mamás, ¿qué estrategias utilizan para lograr un equilibrio en el desarrollo profesional y el cuidado de la familia?.
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